ATARDECER DE UN POETA
Cuando
se funde el sol en el lejano ocaso
Al
desplegar la noche su manto ensombrecido
El
torrente abismal nos da su abrazo
Y
el sueño funeral nos da su olvido
En
la cúspide inmensa del silencio
La
obra del creador adormecida
Como
agua de Dios que da al sediento
De
beber en las curvas de la vida
En
cuantas ocasiones nos desviamos
En
busca de caminos tenebrosos
Sin
encontrar la ilusión que ambicionamos
Un
santuario del mal y un mundo roto
Que
provecho tenemos los humanos
Nacer
crecer y envejecer de alivio
Rogándole
a un Dios que no miramos
Y
que nos dio la muerte por castigo
O
que culpa eso no es cierto
Que
nacemos cubiertos de pecado
Que
tenemos en el cielo un libro abierto
Donde
juzgo el creador al condenado
Todo
es que nace, nace en la inocencia
No
es culpable de mentira ni pecado
Porque
la humanidad con su apariencia
Engaña
al ignorante y al esclavo
Destila
lobreguecer la penumbra
En
la encima de tu cielo encendido
Como
el ciprés que cubre alguna tumba
De
un paria sin doliente en el olvido
Veloces
son las épocas del tiempo
Un
misterio en suspenso sin respuesta
Enigma
que enloquece el pensamiento
Sudaría
que el vientre lleva a cuesta
Completo
en el ocaso este misterio
Un
gesto de brutal melancolía
Comparado
con este sufrimiento
Como
esta soledad del alma mía.
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